A 254 km de la capital de San Luis Potosí se encuentra un remoto y aislado pueblo fantasma de clima seco estepario, que pega con su intenso calor durante el día y cala hasta los huesos con sus frías noches. Sin embargo, lejos de desanimar a sus visitantes, esto enriquece el sabor a magia e historia que colman el lugar.
Este antiguo pueblo minero (que en algún momento de su historia fue el productor líder de plata en el país) fue incluido en el programa Pueblos Mágicos de la Secretaría de Turismo. Por momentos pareciera un lugar desolado, en otros se llena de vida y colores, especialmente cuando se acercan las fiestas en busca de los milagros de "El Charrito", que es San Francisco de Asís.
Para 1803, Real de Catorce ocupaba el segundo lugar mundial en producción de plata. Sin embargo, las minas dejaron de producir la cantidad acostumbrada y cuando se agotaron las vetas se pensó que el pueblo moriría.
Para los turistas existen pintorescos cafés y bares que ofrecen platillos típicos mexicanos u otros con especialidades internacionales, especialmente la cocina italiana. Entre los más aclamados están El Cactus, El Eucalipto, El Minero y Doña Macrina.
Caminar o andar a caballo son actividades que bien pueden practicarse en Real de Catorce, pues el visitante descubrirá nuevos espacios que inspiran por su paisaje y por su tranquilidad. Una buena opción es visitar el cerro del "Quemado", a una hora de distancia, centro ceremonial sagrado de los huicholes.